sábado, 14 de agosto de 2010

SIN AMOR

Amor, te amo así, sin amor,
así sin amor, me miro y me despojo,
me despojo entonces de la certeza de este amor,
este amor, que me obliga a morir apenas y sin penas,
sin penas, lo veo todo abierto y callo y duermo,
y duermo, nunca encontrando entre sueños tus besos,
tus besos, esos que no salvan este amor ahogado,
ahogado así, entre tus risas y mis llantos y la soledad de la resignación,
resignación así, como la de las viudas que no aprenden una canción de vida,
de vida así, cómo la mía que no era tuya sin ser ya de la gente,
esa gente, que te embroca en un céfiro apretado,
apretado así, cómo mi corazón deshecho en tus manos,
tus manos, esas que hablan con roces y se pierden en los labios,
los labios, esos que se olvidan igual que un dolor de corazón de niño,
niño, soy niño, cada vez que te doy el globo de plata que miras milagrosamente,
milagrosamente, te aproximas a mí y me pesas en la balanza de tus antojos,
antojos, eso en que perpetuamente naufraga mi mortal nostalgia de ti,
de ti, amor que ya no es de ti sino del lugar preciso en el que te quise,
te quise, es verdad, pero ya estás muerta en el temblor de los arroyos,
los arroyos, los pájaros del valle, la cortina de niebla que tumba tus ojos,
tus ojos, esos que me dicen que ya no estás hecha para mí,
para mí, ya eres ajena, es probable que ya no te piense más amor,
amor, te amo así, sin amor.

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