lunes, 30 de agosto de 2010

CARTA NUMERO CUATRO

Musa celestial:

Ayer me hubiera encantando que estuvieras acá, pasó un cometa por el cielo claro y estrellado, de su cola caían polvos mágicos que me alcoholizaron los ojos, nos vi columpiando entre palmeras, corriendo por jardines más hermosos que todas las primaveras, tomados de la mano, enganchados por los labios y embebidos por el amor, nos miré navegado sin vela, perfumando el céfiro con el sudor de nuestros pechos, alagando a la lámpara del cielo con los oídos cerrados; después el soplo huracanado me regresó a la realidad (...) si se le puede llamar así a esto.  

Sigo siendo tuyo.

No hay comentarios: