martes, 31 de agosto de 2010

CARTA NUMERO NUEVE

Ilegítima compañera:
No estoy bien, ya casi no como, antier me terminé los últimos cocos, hace meses que no veo un conejo, los peces me causan acidez pero ante la escasez me los devoro, una culebra me mordió la mano izquierda y aquel halcón peregrino no ha regresado más por aquí; me he quedado vacío y lloro hasta la madrugada, susurro aquella canción que nunca aprendí mientras pienso en ti, sintiendo que te alegra, sintiendo que me piensas, que me olvidas, que me encierras, tengo hambre, pero hambre de amor, de ese amor de ti que no es de ti porque ya es mío, extraño los escándalos de los tranvías, los ruidos de los pasos ajenos sobre el techo de mi casa, extraño a mi canario, extraño las estrellas solitarias, a la luna menguante, al vino amargo, extraño ese bálsamo de la frescura, a la leche fresca del sábado, te extraño a ti (...) sin recordarme más.
Amanecí tuyo sin ser de ti.

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