martes, 18 de septiembre de 2007

VAGABUNDO

Dulce y húmedo calor que embriaga, que te aturde mientras viajas hacia nuevas y casi mitológicas veredas, que ironizan doblemente con tu sentir, que contagian de una gripe lacrimógena y mortal, en donde las caretas pintadas se escurren por las mejillas pálidas y casi invisibles que te vuelven un grado de arena en la ventisca de la taciturna, caminando entre mares de callejones que parecen laberintos intransitables, repletos de un hedor a engaño y soledad que te hunden más en los arapos de ilusiones que traes puestos y que se mueven al melancólico y ensordecedor ritmo de los helechos, en donde tus besos son la limosna que tiernamente me das,
tierno e insolente,
dudoso y antipático,
colorido e invisible,
caminante, flotador, estrellado,
así son los maquiavélicos viajes que me llevan a ninguna parte,
solo a seguir siendo un triste vagabundo que ronda por tu puerta,
que merodea en la oficina de correos todos los lunes,
esperando una carta tuya, o de quien sea que fuere,
pero no, no hay nada,
solo el encargado diciendo me que yo no soy coronel, pero tampoco tengo quien me escriba.

BIENVENIDA SEAS

Soy un escritor más de medio tiempo,
si existe tal profesión,
no tengo una vida,
tan solo una raquítica invención,
un cuarteto de ilusión,
una lírica sin rima,
un poema sin amor.

Lugares vacíos,
cuartos con eco,
ahí es en donde habita un alma en velo,
soñador de la mar,
interrogador nocturno,
azul por pasión,
solitario por vocación,
taciturno de espíritu,
viendo la muerte venir,
no queda de otra que esperarla llegar,
hoy, el día en el que mi ultimo anhelo,
se eleva a lo más profundo del cielo,
respiro mi ultimo aliento,
observo el infinito sin estrellas,
al igual que mi alma sin visión,
por que tengo la muerte de frente,
y no le puedo decir adiós,
más bien le diré "te quiero",
y de una ves, vámonos hoy.