viernes, 1 de junio de 2007

SOLO UN SUEÑO

Han pasado pocos días pero a mí se me ha hecho una eternidad, ansío verla de nuevo para solo contemplarla, para seguir amándola.

Era un viernes tranquilo en la ciudad, mis amigos me preparaban una fiesta sorpresa para mi cumpleaños, según era sorpresa pero yo estaba enterado de todo lo que iba a pasar, uno de mis mejores amigos me organizó una reunión en un departamento de solteros que esta en Polanco, iba a haber de todo, vino, mujeres, música, amigos, enemigos con quien discutir sobre política, deportes, etc.., había que festejar en grande, claro, no se cumplen 21 dos veces en la vida.

El día anterior a ese fue un día muy complicado para mí, muchas presiones en la escuela, en el trabajo, en la casa, necesitaba divertirme y tratar de dejar las presiones a un lado, solo divertirme con mis amigos y tratar de relajarme.

Mis presiones en el trabajo eran muchas y abarcaban una gran parte de mi mente, no es fácil ser líder de una campaña de ayuda para los niños con VIH, además de ser jefe de otra campaña permanente contra la basura y además de todo esto ser el jefe de 49 holgazanes que no hacen nada ni por ellos mismos.

Finalmente llegó el viernes, un día más de hacer la misma estúpida rutina de siempre, levantarme a las 9 y tomarme un café y fumarme un cigarrillo, esperar a que se caliente un poco el agua y tomar una ducha, tratar de leer el periódico y decepcionarme de lo que pasa en esta ciudad, después elaborar mis tareas para la escuela y organizar lo que voy a hacer en el trabajo, pero lo único que iba a ser diferente ese día era esa fiesta.

Salí relativamente temprano del trabajo ya que había organizado todo lo referente a la campaña de los niños el día anterior, me dirigía al departamento de mi amigo, ya que según esto me invitó a cenar para que no me diera cuenta de la sorpresa de mi cumpleaños, llegué como a las diez al departamento y total se hizo la mentada fiesta, fueron mis amigos, algunas niñas fresas de la zona, todo fue diversión.

Como a las tres de la mañana me dijo un amigo que si lo podía llevar a su casa porque el ya no estaba en condiciones de irse solo, ya había acabado todo y no perdía nada en llevarlo, salimos del departamento y nos encontrábamos en insurgentes y dos calles después vivía, lo deje en su casa, espere a que se metiera para que me fuera tranquilo, se metió y dirigí mi curso hacia mi hogar al otro lado de la ciudad.
Manejaba mi auto hacia mi casa, pero estaba un poco cansado, en los semáforos pestañeaba y trataba de no quedarme dormido, estaba conduciendo por el periférico cuando de pronto una luz muy brillante me resplandeció por un momento, después de esto desperté, estaba en mi casa, en mi cama, con mi pijama de algodón preparado para seguir con mi rutina de todos los sábados por la mañana, me tome mi café y leí el diario, tome una ducha y me preparé para salir a comprar la despensa de la semana, comprar la comida para mi perro y visitar a mi madre, que en esos momentos estaba en la ciudad, porque desde que habita en Aguascalientes solo la veo una vez al mes.

Pasó así sábado y domingo, de esos fines de semana que no tienes nada que hacer y te la pasas echado en tu cama comiendo porquería y media que encuentras en tu alacena, ves los deportes en la televisión o te chutas una película gringa.

Era lunes, un día más en mi vacía y solitaria vida, una vida muerta gracias a la rutina. Llegué a la escuela como a las ocho de la mañana, tomé todas mis clases y estaba preparado para salir al trabajo cuando de pronto me encuentro a un viejo conocido, nos pusimos a charlar y me presentó a su amiga, cuando ella llegó me quede con la boca abierta, era una niña linda pero no era fresa, con una mirada que te hechiza como una gitana, con un cabello rojo como el fuego que empezó a arder en mi corazón desde ese día.

Ese día no pude dormir por estar pensando en que le iba a decir, se me hacia eterna la noche, las dos, las tres, y así pasaron las horas y amaneció y llegó la hora de ir a la escuela y verla, y platicar con ella, de mirarla, de tocarla.

Poco a poco se fue creando una sensibilidad que nunca antes había imaginado, que hasta el día que la conocí no había palpado, porque ella tiene algo en el interior que me ha conquistado, porque cada vez que estaba a su lado sentía un fuego helado, porque cada vez que le miraba sacudía mi corazón como si fuera un tornado.

Ella tenía una relación con mi viejo conocido, pero eso no me importó, no me importó que él era una buena persona y no merecía que yo tratara de destruir su relación, pero me valió y le dije que la amaba, que ya no podía dormir por estar pensando en ella, que era el agua que mojaba el desierto de mi corazón, que era el viento que se llevaba mis dudas de que la felicidad no existe, de que era la dueña de mi mente, de mis lágrimas, de mis sentimientos, de mis suspiros, que sin ella yo solo era como agua de mar sin sal, como flor en un iceberg, como arena sin un mar, como barco en un desierto, como lluvia sin mojar.

Su nombre....., yo creo que era flor, o tal vez violeta, o quizá un jazmín, no lo sé, lo único que se es que era hermosa como una flor, no solo como una sino como todas las del mundo.

Ella quedó tan impactada por mi confesión que se quedó sin habla, solo dijo que ella era muy poco para mí, que yo merecía a alguien que me pudiera corresponder de la misma forma. Cuando dijo eso mi corazón se quedo frío como un muerto, pero sin embargo me dejó una esperanza, una leve esperanza, de que ella me quisiera un día, de que valorara lo que yo le podía dar, de todo el cariño puro y sincero que le ofrecía. Ese día yo pensé que jamás volvería a sonreír, una vez más estaba derrotado, mi corazón estaba desconsolado por que no me permitía estar a su lado.

Pero fue una tarde de octubre, esa tarde fue cuando mis labios volvieron a despedir una sonrisa, era uno de esos días que parecía que el clima se ponía de acuerdo con mi corazón, del cielo caían mis lágrimas, el viento acarreaba mis suspiros, la oscuridad reflejaba mi mirada, pero todo esto desapareció como una estrella fugas a mitad de la noche, como una hoja que se la lleva el viento, como un viaje en el tiempo cuando ella me dijo que me amaba, que quería estar conmigo y tratar de ser feliz.

Pasaron así tres fugases semanas, las más felices y gratificantes de mi adultez, todo era perfecto, ella me amaba cada día más, en la escuela era el primer lugar de mi grupo, en el trabajo, me dieron un premio por la labor altruista que realizaba para los niños con VIH, en mi familia todo era perfecto, pero lo que más importa es que ella y yo seguíamos juntos.

Un día estábamos juntos en un parque, platicando, dándoles de comer a los pájaros cuando de pronto ella se paró y empezó a caminar y yo le hablaba y no me contestaba, y trataba de caminar tras ella pero avanzaba cada vez más rápido, el cielo se empezó a nublar, como si un huracán se acercara, yo le gritaba y corría tras ella pero no respondía, de repente todo se aclaro, el cielo se puso completamente azul, el sol se podía ver, te deslumbraba con su belleza, los pájaros cantaban, de repente un silencio total me inundo, ¿estoy muerto?¿, ¿Qué pasa?, ¿ En donde estas amor mío?, la veo, pero no esta cerca de mí, se aleja, se esconde entre las nubes del cielo, yo lloro, de repente siento un jaloneo en mi estomago, ¿qué pasa?.......

Abro los ojos y estoy tirado en una acera con un paramédico limpiándome la sangre que brotaba de mi cabeza, poniéndome un collarín, preguntándome si se como me llamo, en donde vivo, si tengo seguro, no le contestaba por que estaba pensando que esa hermosa y tierna mujer nunca existió, que su tersa piel nunca fue mía, que su mirada hechicera nunca cautivo mis ojos, que nunca me dieron un premio por una campaña, que nunca fui el primer lugar de mi clase, que mi familia seguía siendo solo un puñado de gente desconocida, pero lo más importante es que ese amor que sentía y que ella me dio no era real.

Las tres fugaces semanas llenas de amor, felicidad, dulzura, ternura, pasión, nunca fueron reales, fueron solo un sueño de un moribundo tirado en una acera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo que es la vida, tienes algo hermoso, al poco tiempo te das cuenta de que fue poco menos que un sueño, exisitiedo muy poca diferencia entre estar moribundo en una banqueta o completamente despierto.

Saludos pinche hombre lobo