Ahora puedo decir que ya te perdí, las nubes te escondieron, la tierra te cubrió, el mar te inundo, te perdiste, no te encontré, no puedo, no quiero, ya no más.
La ventisca de la tarde se silencia ante esta noticia, los pájaros lloran por entender mi soledad, el mar se cansó de agitarse de felicidad por nosotros, camino, me detengo, no entiendo, trato, pero no puedo, quiero, pero no quiero tampoco, estoy cansado, intranquilo, nervioso, desubicado, pero por que, no se que me pasa, el cielo y la tierra se juntan, trato de seguir, no veo, no puedo seguir andando, doy pasos en balde, me tropiezo, me siento mareado, mi cuerpo se quema por dentro, no escucho nada, solo hay silencio, se obscurece, trato, pienso por que te fuiste, no lo comprendo, empieza ha escurrir agua, ¿ es agua?, no, son lagrimas, las que derramo por ti, por mi, por lo que fuimos, el por que de tu huida, no hay regreso, si lo hay, te digo, me digo, nos volveremos a encontrar, ¿Cuándo?, no se, ¿ en qué lugar?, solo lo imagino, sigo andando como ciego en la vereda, de pronto, me resbalo, caigo y no a la vez, ruedo colina abajo como roca inerte que cae de la montaña, no respiro, me duele el cuello, el rostro, los ojos, se derrama mi ultima lagrima, saco mi ultimo suspiro, de un instante a otro ahí estas, inmaculada, hermosa, radiante, ahí estas, como la primera vez que te vi en ese parque, desaparece el dolor, ya no lloro, te sonrío, me alegro, te amo, me amo, estamos juntos, otra ves, ahí, como si nunca hubiera pasado nada, ahí estas, ahí estoy, ahora si por siempre, como lo había esperado, hoy, el día de mi muerte.
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