Intocable y hermosa,
Postrada en el cielo,
Sola y acompañada a la vez,
Todos te hablan, te quieren pero nadie te puede tener,
A veces brillas tanto que deslumbras como si estuvieras alegre y feliz de tu propia eternidad solitaria,
Y hay otras en las que la nostalgia te invade y te llena y casi no se te percibe.
Tu, que puedes ser la compañera de los presos, el ábaco de los enamorados y la esperanza de los desdichados, tu que siempre estas ahí para mi,
Como madre de un niño que jamás podrás tener,
Tu, confidente de todos y muda para contar tus propias penas,
Elévate otra vez hasta la cima del cielo,
En donde tu hermosura jamás será tocada,
Elévate, póstrate nuevamente para que yo, un preso, un enamorado y un desdichado pueda seguir contándote mis penas antes de ir a dormir.
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