lunes, 18 de octubre de 2010

MI ÚLTIMA VOLUNTAD

Yo, cuyo nombre se ha olvidado, con número de identificación; cero, siete, uno, cero, uno, nueve, ocho, seis; declaro que mi corazón es tan viejo y mi piel tan joven como para ya no ser menor de edad; en pleno desuso de mis facultades mentales, obligado por el veneno de unos labios que libremente corre por mis venas y tras una breve y locuaz meditación, 

Expongo:

Que en el supuesto de encontrarme en unas condiciones donde sólo le permita al universo decidir sobre mi y la desgarbada vida que me rodea a causa de haber caído en un profundo estupor por la idea de su indiferencia y la rapidez de su abandono, si dos médicos completamente anacoretas dijeran que es imposible que mi alma regrese a su posición inicial y que esos viejos ojos que por tanto tiempo se perdieron en la fogosidad de su cuerpo no brillaran de nuevo y que mi mano suave y secreta no rozará otra vez la circunferencia de sus pechos ni que mi labio superior se perderá entre sus coyunturas como crío en las faldas de su madre, mi voluntad que sólo puede ser cuestionada por un sordomudo será la siguiente:

A) Que no se dilate mi vida un segundo más por medios artificiales, tales como el amor comprado, los fluidos intravenosos o la resucitación con mentiras blancas.

B) Que no se me suministren los fármacos necesarios para paliar al máximo mi malestar, ya que quiero todo el dolor posible en el cuerpo para ver si así disminuye un poco el de la mente y el sentimiento, no importa que al no dármelos continué respirando, ya que así por lo menos puedo disfrutar de su primaveral fragancia de ninfa.

C) Que si me hallo en un estado particularmente lúcido, se me administren un par de inyecciones de rayos de luna y hojas de otoño para así recuperar el prodigioso sueño de haberla poseído.

D) Si llego a tener uno o algunos de los siguientes padecimientos sólo les pido que no hagan ni digan nada; daño cerebral a causa de los golpes contra el muro, tumor maligno ocasionado por la ingesta de su sudor mientras nuestros cuerpos se unían, demencia causada por la no asimilación de la idea de verla ajena y olvidada y enfermedades o situaciones de gravedad comparables con las anteriores.

E) Designo como mi representante a la sombra que desde hace veinte años me acompaña para que vigile el documento de las instrucciones sobre el final de mi vida expresadas en éste escrito y tome las decisiones necesarias para tal fin.

F) Manifiesto, asimismo, que libero a los médicos, chamanes, brujos, adivinadores, gitanos, nigromantes, aojadores y zahoríes que me atiendan de toda responsabilidad civil, penal y espiritual que pueda derivarse por llevar a cabo los términos de esta declaración que no deja de ser locura amorfa.

G) Me reservo el derecho de no revocar esta declaración en cualquier momento, en forma oral o escrita.

No hay comentarios: