domingo, 19 de enero de 2014

COSAS SIN NOMBRE

Creyeron que eran la luz de la verdad
que había que descifrar los trinos de algún punto final
o debatir la estrategia para franquear un puente
o desvivirse por un lenguaje que nadie caldea
que había que escoger entre estupor o nostalgia
soñaron que después del después había algo.

Son ellos
cosas sin nombre
nombre sin cosa
una u otra nunca las dos.

Decían que la claridad venía en el silencio
que era mejor ser un cazador de perlas que un soñador de sendas
que había mil lingotes en cinco minutos
o que la tarde de domingo era para ser lo que no se es
o que no había mejor amigo que una sombra
que de la lluvia de los ojos no se puede sacar libertad.

Otra vez son ellos
cosas sin nombre
nombre sin cosas
una y otra siempre las dos.

Pensaron que la consternación era pasajera
que los ideales se acomodaban a capricho
o que había que hablar de un mundo mejor hasta creerlo
o que simplemente todo era un absurdo si no estaba cubierto con oro
que había que buscar el conforte con la consciencia acribillada
dubitativos respiraban sin miedo y sin tacha.

Sí, son ellos
cosas sin nombre
nombre sin nombre
una u otra o quizá las dos.

Decían que sólo ellos sabían hacer crecer el pasto
que tenían el mapa de la sierra y las yuntas
o que no tenían igual al construir polvo y suerte
o que en la muerte que mueren serían historia
que se tenía uno que cortar el alma
para triunfar en el campo de batalla.

No, ellos no pueden ser
nombre con cosa
cosa sin cosa
una u otra o ninguna de las dos.

Tenían la preocupación de andar a tientas
de no encontrar el resquicio por donde colarse
de proclamarse dueños de la noche
o amos del infierno
o señores de la fiesta
y hoy más que nunca
son ellos
cosas sin nombre
que lo único que harán bien
será morirse.

No hay comentarios: