viernes, 4 de mayo de 2018

UN DÍA CUALQUIERA

Y henos aquí, por cuarta vez. 
Te me cruzas como un deseo azucarado, como un destino final. Hoy, te huelo mas cerca que las otras veces, apestas a paz, a quietud, a regocijo de mis enemigos. 
Henos aquí una vez más, sintiendo ésta bocanada de aire oscuro, percibiendo en mi piel la lengua del lobo negro, sintiendo en mis oídos como tus últimas notas me alejan de tu crueldad insomne.
Heme aquí, seducido por tu Venus de muslos suaves, por tu mortaja de estrellas infinitas, por la final negación de la realidad convexa. 
Heme aquí hoy. 
Mañana, no sé.

No hay comentarios: