martes, 22 de febrero de 2011

SIEMPRE A MEDIAS

En cada ventana siempre hay un testigo,
testigo mudo de cómo el amor cobra con soledad,
soledad que caduca con el acto irreverente y solitario de la bohemia,
bohemia con la cual se le intenta pegar un bofetón a un dios noctámbulo,
tan noctámbulo como el insomnio que produce el perder ganando,
ganando kilómetros de fe, perdiendo alegrías y pariendo pensamientos,
pensamientos que se deslizan entre smog, aleluyas, miel y mierda,
mierda salida de la verborragia de los que no quieren ni dejan vivir,
vivir es buscar un amor que te maldiga o un amigo que te falle,
pero que te falle sin aludir a problemas astrales o que te maldiga con sus preguntas sin respuesta,
respuestas de la vida a medias,
así como la de todos, como la tuya, como la mía.

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