miércoles, 12 de octubre de 2016

CARTA ABIERTA SOBRE LA IGNORANCIA REDUCCIONISTA

Caos somos y en caos nos convertiremos.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Y digo "buenos/as" porqué decir "malos días" (sobre todo, últimamente) sería un pleonasmo.

Y arriba digo últimamente, porqué ya todo indica que la batalla contra lo "malo" está perdida.

Algunos dirán que estoy exagerando; que quizá consumo algún tipo de droga blanda o dura, o simplemente pensarán que soy un perfecto idiota. Y quizá, en cualquiera de las tres opciones, tengan razón. O quizá tendrán una cuarta o quinta y aún así tendrán razón. Digo que perdimos la batalla, porqué la expresión de esa cuarta o quinta razón, que no es las construidas por mi, jamás se ve reflejada en ningún lado, gracias quizá, a que la guerra contra "malo" está perdida.

Se preguntarán porqué repito tantas veces "malo" y en diez renglones no hay una definición del concepto. Quizá se me olvidó de lo que quería hablar, o simplemente estoy tratando de hacerles creer, de manera melodramática que lo "malo" es, en realidad, "peor" de lo que imaginan.

Hablo de eso "malo" que nos hace creer, idolatrar, copiar y hasta transformar la esencia de nuestro ser, en algo que tiene mas prolijo que la satisfacción inmediata, el placer transaccional y la euforia pasajera. Hablo de eso que nos seduce a través de la calma, la mansedumbre, la pasividad positiva y nos resguarda delicadamente, en su falso fuego. Uno que nos evoca danzar cuales monjes antiguos, al unisono ritmo de su suculenta melodía.

Lo "malo", simplemente lo definiré cómo "ignorancia".

Y no hablo de la ignorancia Aristotélica, ni de la Gassetiana, ni mucho menos de la Docta ignorantia de San Agustín o de Nicolás de Cusa. Hablo de esa pestilente ignorancia reduccionista que nos embriaga las fosas nasales hasta el punto de no saber diferenciar entre vinagre y rosas.

Se dice que Einstein tenía siete trajes iguales con el fin de no perder tiempo en la mañanas para escoger que ponerse. Y tal parece que el mundo, nosotros, estamos haciendo lo mismo, con las ideas. Somos una infinita fábrica de reciclaje mental cuyo proceso de generación está nutrido por el abono del no entendimiento y regado con el quimérico fluido llamado "desgana".

Notarán que le he llamado "ignorancia reduccionista". Y ustedes díganme si no es así.

Hemos reducido nuestra capacidad de observación a simples sistemas de gestión llamados "aplicaciones". Todos los días, usamos esas herramientas para poder diferenciar cada uno de los sistemas que nos rodean. Nuestra observación del medio, está fundamentada en el bajo nivel de opciones para interpretarla. Visiones estructuradas por algunos. Visiones que hemos tomado cómo nuestras, sin importar si conocemos o no, cuál es el origen, proceso, entendimiento, interpretación y relación que hay entre, quien las crea y quien decide que esa "visión" es la "correcta" para todos los demás.

Hemos reducido nuestro proceso de toma de decisiones a simples y banales arquetipos diseñados para no tener que emitir juicio alguno sobre ellos porqué ahora un simple "si o no" es todo lo que necesitamos para vivir. Dejándonos indefensos y arrancándonos nuestra propia naturaleza inquisitoria. En pocas palabras, perdimos la lucha por tener pensamiento propio. Hemos reducido nuestras aspiraciones humanas, a simples simulaciones nihilistas de obtención de placer inmediato. Incluso somos tan buenos en ésto de la "ignorancia reduccionista" que hemos convertido casi todas las sensaciones, emociones y sentimientos, en pequeñas esferas que con la diminuta fuerza ejercida sobre un cristal, transformamos en "real" aquello que no tiene un sustento equilibrado de creación.

Y algunos se preguntarán, ¿Cómo llegamos a ésto? La respuesta está en cualquier espejo que tengan al alcance de su mano.

Ésta "bendita" "ignorancia reduccionista" a tenido unas excelentes válvulas de escape.

1.- El gobierno: motor de las desdichas sociales mas puras a través de represión.
2.- Iglesia: generador de fantasías extra-terrenas.
3.- Economía: aunque amoral en su concepción científica, es la culpable de la diferenciación y regulación material humana.
4.- Educación: carente a pesar de no estar atada mas que al individuo que deseé adquirirla
5.- Sociedad: somos ovejas perdidas entre el infinito mar de lobos que, al ser más adaptados, nos devoran sin piedad alguna.
6.- Los Sistemas: herramientas diabólicas auto-gobernadas que sólo buscan la perdición.
7.- Todos los demás: si todo ya está hecho por los demás, de nada sirve que yo lo haga.

¿Ignorancia reduccionista? Si. Mucha.

Espero podamos recordar que todos los elementos, procesos, normas, dogmas, paradigmas, definiciones, interpretaciones, sustancia, verbos, conceptos, leyes, estatutos, principios, postulados, creencias, cultura, información, comunicación, instancias, gobiernos, sociedades, determinaciones, percepciones, ideas, ideologías, teorías, modelos, estructuras, formatos, formas, fondos, enigmas, circunstancias, desarrollos y desenlaces, son creados por NOSOTROS. Si no los comprendemos, analizamos y entendemos, la guerra seguirá su curso hasta desenlazar en nuestra propia extinción.

¿Quieres culpar a alguien de ésta ignorancia? Mírate en el espejo
¿Quieres cambiar las cosas? Mírate en el espejo
¿Quieres hacer lo que nadie hace? Mírate en el espejo
¿Quieres dejar de ignorar? Mírate en el espejo

Y cuando por fin hayas dejado de mirarte en el espejo, podrás decir que tu "ignorancia reduccionista" se ha convertido en simple ignorancia. Y contra esa, se puede luchar y ganar porqué, la llana ignorancia es la única y verdadera madre del Conocimiento.