Eres el chaparrón que enjuaga las excusas
el socavón en donde descansan los jamás
la ciudad a la que uno va y viene
la soledad más despoblada del ser.
Eres el siglo en el minuto
la conflagración serena del temor
el estupor de las esperas
un botín memorable y convicto.
Eres la brecha en los delirios
una ciencia olvidada
la ruta más corta que se viaja a tientas
una laguna de memorias.
Eres la sangre en la friolera
una jungla siniestra y tenebrosa
una bondad sin calofrío
la ceguera de todos los candores.
Eres ese fogón sin argumentos
una pena sin destellos ni vislumbre
el tiempo que otros dejan abandonado
la cornisa de la que pende el mundo.
Eres la inexplicable nostalgia
la voz que se oye en el quebranto
una duda peregrina
un cautiverio que se ensaña.
Eres el final sin el principio
alfa y omega del suicidio
muerte inconclusa
amor, así te llaman.
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