domingo, 10 de junio de 2007

MAR Y CIELO

La tarde empezaba a caer detrás de las montañas que hay a lo lejos de mi casa, yo solo estaba sentado en la silla de mi balcón pensando que era un día muy parecido al que me enamore de ella.

Todo empezó cuando la conocí en ese pasillo de la escuela, esa tarde se me clavo en el corazón esa mirada cautivadora y esa cabellera roja como un petirrojo que vuela y es inalcanzable para mis manos, mis labios, mis ojos.

Recuerdo que la vi llegar y no dude de que ella y yo éramos el uno para el otro, estaba dispuesto a brindarle todo mi amor para que se quedara, para que intentara abrirme su corazón y yo el mío, pero eso nunca paso gracias a que ella era algo quimérico, como una nube blanca en el cielo, como una ola en mar abierto, como un tornado que corre por la llanura, como un ganso que vuela para emigrar, como una hoja que cae y se la lleva la ventisca de la tarde, como una estrella fugas a mitad de la obscura noche.

También recuerdo que su voz era como un canto angelical, que te hacia perderte en ella, te miraba con esos ojos hechiceros y te cautivaba, te convertía en piedra como la medusa, absorbía mi espacio y mi tiempo, pasaron horas y yo solo la miraba, imaginaba como sería un beso de sus tersos labios, una caricia de sus tibias manos, un suspiro de su hermosa boca.

Empezaba a caer la noche en la pradera y con ella también se empezaron a volver obscuros y marchitos mis recuerdo, se podían escuchar a los grillos cantar a lo lejos, los búhos graznaban, trataba de no acordarme de lo demás pero es inevitable ya que esos momentos nunca los voy a olvidar.

Como olvidar que mi musa, mi princesa, mi rayo de esperanza estuviera con otro hombre, como olvidar sus palabras de reproche de que nunca defendí lo que dije amar, que nunca reuní los deseos, ni la convección, pero como los iba reunir si cada vez que le tomaba por la mano me rechazaba, cuando le decía “te amo” solo contestaba con un “gracias”, la maldita esperanza que me dio solo hizo que pensara que un ángel iba a llegar a mi vida, a la vida de este pobre desdichado, un amante a la antigua, un estúpido que debió haber nacido en el romanticismo, que cree que el amor existe, que el sexo no es solo sexo si lo haces con amor, que sabe o intensa saber lo que es perderse en la mirada de la persona a la que amas con todo lo que tienes, que intenta saber a lo que esa persona huele, a que sabe, el despertar a su lado por la mañana, el compartir las cosa malas, las cosa buenas, las cosas peores y que de repente se te caiga el mundo al ver a tu amada en los brazos de otro, observar como se unen sus labios y sentir que te sacan el corazón con una cuchara.

Pienso también en que deseo que sea muy feliz, que esa persona le de todo lo que yo quería darle, que la ame, que la cuide, que la respete, que la haga sentir increíblemente emocionada cuando lo vea llegar en las mañanas, que le diga cada minuto que la ama, que la consuele cuando ella llore, que sin palabras la alivie y la lleve a descubrir todo lo vivo que hay dentro de ella, que le haga sentir que no la quema el frió de las terribles noches de invierno, que ser feliz sea su único vicio.

Ahora solo me queda recordar una sola cosa, que mi soledad es tan inmensa como el mar y el cielo, pero mi amor por ella en tan largo y colosal como el infinito.

ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO

Era una noche cualquiera como las que pasan a diario en vida, era mi departamento, con las luces apagadas, solo se veía la luz vaga que emiten las estrellas que hay en el cielo, en mi mente solo su nombre vagaba, ese nombre que tanto me atormentaba, aquel nombre que jamás voy a pronunciar porque cada vez que lo digo mi corazón parece estallar.

Se preguntarán por qué me encuentro en este estado:
Bueno, todo comenzó............ un día del cual no recuerdo con exactitud la fecha.

Todo empezó ese día del que ya no quiero acordarme, pero es necesario porque solo así revivo el momento en el que entró a mi vida.

Era un día caluroso en la ciudad, yo me encontraba dando mi paseo matinal por Reforma, iba fumando un cigarrillo y pensando en las últimas noticias del niño verde y Bejarano, de cómo estos tipos pueden hundir al país con todas las porquerías que hacen en el gobierno y de cómo el Peje no hace nada para pararlo, cuando de pronto ¡ZAZ! apareció saliendo de no sé dónde con su cuerpo escultural y sus ojos hermosos que provocaron que me quemara con la colilla del tabaco que me fumaba, olvidándome de las estupideces en las que pensaba, cuando escuche a su amiga gritando su nombre, ese nombre tan hermoso que nunca había oído y como he dicho no quiero pronunciar jamás, ese nombre era... “ Catalina”.

Desde aquel día en que la mire entró en mi ese sentimiento llamado “amor a primera vista” que hasta aquel momento no creía ya que nunca me había pasado. Después de esto empecé a ir diario a ese lugar para solo mirarle pasar, hasta que llego el día en que me atreví a hablarle. Le pregunté como se llamaba pero eso no era importante porque ya estaba enterado de cuál era su nombre, me contestó con un ¿perdón me hablas a mí?, y cuando escuche su voz aseguré que existían los ángeles, le dije: sí a ti y con una sonrisa me dijo su nombre, el cual no voy a decir porque ese nombre me carcome de nuevo el pensamiento.

Pasé unos días sin verla, hasta que llegó el momento en que nos volvimos a encontrar en el café que esta ubicado en Reforma e Insurgentes, la vi, nos reconocimos enseguida, le pregunté que si venía sola y me dijo que sí, entonces con mi don de “poeta barato” le dije:
“Es extraño pensar que no te he visto, he visto a los pájaros volar, pero no a ti. He visto ocasos y amaneceres, pero ni rastro de tus lindos ojos. He visto salir a la luna desde mi ventana, pero de ti no he visto nada”. Ella sólo me sonrió y su hermoso rostro se sonrojó diciéndome que como podía decir eso. Entonces “como torero me aventé al ruedo”; con esto quiero decir que le dije que desde el día en que la conocí me enamore, que no me importaría que me rechazara, nunca me iba a cansar de decírselo. Entonces en sus ojos apareció esa lágrima de felicidad porque también en ella había ese sentimiento, que desde el día en que nos topamos en Reforma le había interesado ese joven intrépido, caballeroso, con una mirada profunda que escondía un alma noble, además con un nombre bonito “Emmanuel”. Entonces fui yo el que se sonrojó, después de que acabó de decir eso nos inundo un silencio abrumador que sólo le comparo con el que hay en mi departamento desde que se fue, pero eso no es importante ahora ya que solo puedo pensar en lo feliz y en lo desdichado que me hizo.

Después de nuestra confesión en aquel café todo empezó a ser diferente. Empezamos ha salir con frecuencia, en esas salidas a bailar o ha tomar un trago en algún bar de esta ciudad que es la más grande del mundo. Además de que es la única en la que el Peje podía ser Presidente; se empezó a dar una química entre los dos, pero además de la química el amor de mi parte se hacia cada vez más grande, hasta que un día la invite a mi departamento inventando no se que cuento. Después de una cena exquisita y un vino la comencé a besar de una forma tan apasionada que ella no hizo nada para detenerme, poco a poco fuimos caminando del comedor a la sala, despojándola de sus ropas y ella de las mías, hasta que llegamos a la cama en donde hicimos el amor de una manera tan delicada, de esas veces en las que el amor no se hace por lujuria sino por el amor que existe entre los amantes. En ese momento me sentía en el Cielo ya que había encontrado por fin a la persona ideal para poder vivir toda una vida (al menos eso pensaba y sentía.)

Pasaron así seis meses, esos seis meses, los más apasionados que he vivido ya que ella y yo seguíamos juntos. El departamento lo habíamos amueblado como queríamos ya que en mi trabajo me dieron un mejor puesto. También nos compramos un carro, el carro de mis sueños (un Volvo gris). Además de que cada noche que hacíamos el amor, era más apasionada que la anterior y en mi había ese amor, ese amor que hoy no entiendo por qué se lo tenía si ella me traicionaba, yo creo que se lo tenía por que no sabía yo nada, hasta que llego aquel día, aquel día nublado y frío de otoño en el que todo lo que sentía se empezaba a ir al Infierno.

Si de los demás días no quería acordarme de éstos menos, ya que estos empezaron a ser los peores que he vivido durante mi adultez.

Ese día, el día que maldigo con todas mis fuerzas, todo empezó mal desde la mañana cuando se levantó y no me besó, en ese momento entró en mi ese presentimiento de que algo iba a salir mal, en el periódico las noticias; “Sube la gasolina en el país”, “El Peje gana la presidencia con un 80% de los votos totales”, “Los carros de lujo se abaratan”, me dije a mí mismo: (Para haber sabido me compro mi carro después), pero eso no es lo importante, lo relevante de este día fue que por primera vez la fui a ver al trabajo ya que nunca desde que la conozco lo hice, al entrar al edificio me entró un presentimiento de que algo iba a pasar, pero no me importó y seguí caminando hacía su oficina.

Al entrar la vi, la miré besándose con un tipo, intentando hacer el amor en el escritorio de madera, ese escritorio que le mandé hacer y que tiene grabado “TE AMO” en todos los cajones, la miré y aparecieron las lágrimas en mis ojos, ellos no me vieron, salí corriendo del lugar, pensando en como fue capaz de traicionar ese amor incondicional que yo le daba, esa pregunta me atravesaba la mente de un lado a otro sin podérmela contestar. Tanto dolor sentí que me fui a tomar unos tragos a la “Cantina San Ángel”, llegué a las cuatro de la mañana. Al despertar me entro como flecha en el corazón esa imagen, la imagen de mi amada en los brazos de otro tipo, la idea de que le daba el que yo no le diera, la idea de matar a ese desgraciado pasó por mi mente más de mil veces así que me fui a la Buenos Aires ahí donde venden cosas robadas y auto-partes a comprar una pistola pero ya estando ahí recordé de que si ella me había hecho eso yo no le importaba y por qué iba a tirar mi vida por una persona que ya no me amaba.

Regrese a casa como a las diez y ella ya estaba ahí, me senté y apareció de nuevo ese silencio abrumador hasta que hable y le dije: “¿por qué, por qué me hiciste esto a mi?, a mi que te he amado sin limite, que te he entregado mi corazón sin ninguna condición”, me contestó que ella me amó pero que esa magia había desaparecido y que ella no quería lastimarme, que por eso no me había dicho nada. Cuando terminó de decir esto entró a la alcoba y empezó a empacar sus cosas pero a mi eso no me importó ya que mi dolor era tan grande que si se moría en ese preciso momento no me iba importar, se largó, pero con ella también se fue mi corazón, por eso cada noche veo el cielo, el resplandor de las estrellas, fumándome mi cigarro y pensando que en esos momentos yo estuve “entre el cielo y el infierno”; pero ahora solo estoy aquí, en el mismo departamento, con la misma soledad, con los mismos cigarros y con el mismo silencio abrumador de las frías noches de invierno.

FLOR GÉLIDA

Su nombre era parecido al de una flor, una de las flores más hermosas que la creación hizo, a pesar de que era otoño ella seguía siendo bella, claro ¿ Cómo una flor va a perder su hermosura?.

Como dije era otoño cuando entré al jardín de sus turbulencias, entre sin querer o a lo mejor queriendo pero siempre tratando de caminar con la verdad y la honestidad por ese jardín, un jardín que yo pensé que era real pero más tarde me pude dar cuenta de que solo era una ilusión, porque en realidad solo estaba caminando por un sendero muerto y sin fin. (Algunos lo llaman soledad).

Ese otoño me hacía un año más viejo, era un año más de hacer lo mismo todos los días, como la luna que sale todas las noches por el mismo lugar, como el viento que diario se lleva las hojas que caen de su rama muerta, así era mi vida.

Todo cambio el día que la conocí, ni mis días, ni mis lágrimas, ni mis pensamientos, ni mis sentimientos volvieron a ser los mismos.

Todo empezó como una linda amistad entre esa flor y yo, un día el cual no recuerdo la fecha, lo único que recuerdo es que el clima se parecía a mi corazón antes de conocerla. Desde que la mire en ese pasillo entró en mi mente su rostro, sus ojos, su risa, su voz, esa chispa de ingenio, dulzura, ingenuidad, esa chispa fue la que prendió mi corazón con amor y que poco después quemó con su desprecio y su desolación.

Cada día que pasaba era mejor que el anterior, por que algunos días solo la contemplaba caminando de un lado a otro, algunos otros días platicábamos y me miraba a los ojos, por que algunos otros días me abrazaba y me decía “te quiero”, por que algunos otros días simplemente me sonreía.

Esta flor tenia jardinero pero eso a mi no me importó porque lo que sentía ya no lo podía contener más, tenía que decírselo, tenía que quitarme ese peso de mi mente y de mi corazón, así que me arme de valor y le dije: “flor, eres una persona muy especial para mí, eres el ángel que desde hace mucho tiempo estuve buscando y no podía encontrar, eres la felicidad que el destino me había negado, eres un rayo que ha encendido de nuevo una llama que estaba apagada desde hace mucho tiempo, es tan difícil decirte esto, es una lucha entre mi mente y mi corazón, entre mi alma y mi vida, entre mi mirada y mi respiración, entre mis sueños y mi realidad, pero se que tu eres real y aunque no pase nada entre nosotros sé que mi felicidad si existe y que a pesar de todo lo malo que hice el destino me permitió conocerte”, después de que dije esto ella solo se quedo callada y se sonrojo y después de un rato con su hermosa y tierna voz me dijo: “ No te merezco, mereces algo mejor que yo”.

Pero sin embargo esa flor me daba un poco de esperanza, esperanzado a que cambiara de opinión, esperanzado a que ella me quisiera un poco, esperanzado a que me abriera su corazón y entrar y quedarme un tiempo y poder darle todo mi cariño, un cariño puro y sincero que no le pedía nada a cambio solo que me mirara.

Mi esperanza se truncó un martes en la tarde, raro porque esa tarde estaba calurosa, a lo mejor ese cambio me estaba queriendo decir algo, como una señal de que en mi corazón también iba haber un cambio, de la felicidad a la desolación.

Entre por el mismo pasillo y caminé en línea recta hasta la pared del fondo, cuando de pronto divisé a la flor en manos de otro hombre, yo no lo creía, pensaba que solo era una estúpida broma, no lo creía porque pensaba que era imposible que a esa flor se le olvidara tan rápido todo lo que mencioné, como si nunca le hubiera importado nada de lo que dije, pensaba que era imposible que su corazón fuera un hielo si ella era una flor.

Ahora pienso que ella no era una flor, ella era simplemente una persona con un disfraz de ternura, de entendimiento, de honestidad, demasiado tarde me di cuenta de ello.

Eso es lo que pasa cuando en el jardín de tu corazón quieres plantar una flor gélida.

SE QUE LO HARE

Cada vez que sale la luna en las noches,
Cada vez que hay nubes en el cielo,
Cada vez que los pájaros cantan,
Cada vez que el marinero llegue a un puerto pensando que ese es su hogar,
Cada vez que el viento sople y susurre tu nombre,
Cada vez que del cielo caigan mis lágrimas convertidas en lluvia,
Cada vez que la soledad me alcance cuando me dices adiós,
Cada vez que llegue una ola e intente amarrarse de la orilla de la playa,
Cada vez que una hoja caiga de su rama,
Cada vez que alguien diga mi nombre,
Cada vez que suspire la ventisca de la tarde,
Cada vez que mi corazón palpite,
Cada vez que lea un poema,
Cada vez que escriba una novela,
Cada vez que me mires,
Cada vez que me toques,
Cada vez que pase una estrella fugas,
Cada vez que sonría al verte llegar,
Cada vez que te vistes de azul,
Cada vez que te encuentro en mis sueños,
Cada vez que escucho una canción,
Cada vez que un rayo me estremece,
Cada vez que te estrecho en mis manos,
Cada vez que corto una flor,
Cada vez que me enfrentas,
Cada vez que mis huesos extrañan tu calor,
Cada vez que me tocan las frías noches de invierno,
Cada vez que te espero,
Cada vez que te abrazo,
Cada vez que pienso,
Cada vez que llegas,
Cada vez que escucho los latidos de mi corazón,
Cada vez que me aventuro entre tu espalda,
Cada vez que me despierto,
Cada vez que me siento vivo,
Cada vez, te amo más.

HOY

Ya sin mi, ya sin ti, perdidos en no se donde,
Entre la niebla de la rivera de la noche,
En la profundidad de un mar de incertidumbre,
Vagando por un cielo que ya no se refleja,
Yo, un petirrojo que vuela por doquier para poderse encontrar, pero al mismo tiempo amarrado por los recuerdos,
Tu, una princesa encerrada en su castillo de egoísmo, tratando de clarificar amores pasados que siguen postrados como un cuervo en el dintel de tu puerta,
¡Regresa, maldito cuervo, ahí a la rivera de la noche veneciana,
En donde le aras compañía a la sombra de mis recuerdos!,
¿Ya me olvidaste?, ¿Ya te olvidé?,
De ti no se la respuesta a una pregunta que jamás van a pronunciar mis labios sellados por el inicio de tu partida y por el final del sonido de tu voz,
sabes, a pesar de que no estés aquí,
y hasta que el tiempo ya no se pueda contar,
y el mar se seque como rosa en el frió infernal,
cuando las nubes ya no pasen por el techo de tu casa,
cuando ya no mire la luna preguntándole si me sigues amando,
a pesar de que tus amores sigan postrados en el dintel de tu puerta,
a pesar de todo eso,
hoy, te sigo amando.

DESESPERACION

Tú que estas en todo momento en mi cabeza,
solo te pido que me ames con franqueza,
para caminar por un puente que esta labrado,
por un amor que sé que va ha estar bien aventurado.

En un torbellino se ha convertido mi corazón,
mi pensamiento se agitó como ola de mar,
porqué en ti encontré una bella y nueva razón,
para que en un lustro y medio no te deje de amar.

Una lluvia de estrellas cae a mi lado sin parar,
hasta la luna se muere por que te quiere esperar,
pero se que tu ya no te vas a tardar,
por que soy el único que bien siempre te va amar.

INCONFESABLE

Estabas ahí, parada junto a mí, aquel día en el que más pensaba el por que de mi desdicha, si, eras tu, con tu gracia y hermosura que teñía de rosa todo el lugar, solo me bastaron diez minutos para conocerte, aprender como veías al mundo, tu énfasis en cambiarlo me exacerbó el pensamiento cual droga nunca antes probada, todas las estrellas te alumbraron para mí.... solo días han pasado, eso lo se, pero ese sentimiento no lo pude ahogar ni en la infinitud del océano ni en la grandeza del cielo, no imagino como sería uno de tus besos, solo lo esbozo, pero quien lo iba a decir, si te has convertido en la cura de mi rara enfermedad, quien hubiera pensado que te convertirías en la sangre de mis venas...... pero esto solo te lo dirá el viento...... por que yo no me atrevo.

IMPOSIBLE

No se cuantos amaneceres he divisado en el punto más alto de las verdes y borrascosas montañas, cuantos atardecer se han perdido en el extremo más alejado del cielo, tantos he visto que creo q el cielo tiene final, también ya perdí el sabor que me dejaban sus labios color carmín cuando me besaba, no recorreré más su cuerpo desnudo como errante vagabundo...... -Oh, que triste será la siguiente primavera sin ella, que nublado verano, que solo otoño y que crudo invierno.... nada será igual-, -Oh Señor, tu que creaste al mundo, que te sacrificaste por nosotros; escucha mi oración, te vengo a rogar que me la regreses, un segundo, un minuto, una hora, un día, solo eso te pido señor..., después manda dolor o soledad como lo haces ahora..., ¡Señor, por piedad!..., en el piso frente a El así le dije...., no pasó nada después, por eso se que ella nunca jamás regresará.

martes, 5 de junio de 2007

A 595 KILOMETROS

Hoy me tengo que ir, partiré del lugar donde tantos años cultivé mis sueños,
en donde tantas veces admiré y sentí la belleza entre mis tercas manos.....
en el momento en qué avancé el primer kilómetro rompí mis ilusiones,
corté de tajo mi amor por ti.......
a los cien despojé de mi mente tu recuerdo........
a los doscientos construí una muralla que nunca más nadie podrá escalar........
a los trecientos cincuenta el cielo perdió su inmaculado, y las nubes tocaron el suelo, y el suelo tocó el mar..........
a los quinientos perdí mi alma, mi esencia, me perdí yo, olvide todo lo que hice, olvide como cantaban las aves postradas en la rama semi marchita de aquel roble temeroso del viento..........
a los quinientos noventa y cuatro desaparecí, no tengo identidad, sentimientos, recuerdos, anhelos, lágrimas, risas, murmullos, suspiros, rencores..............
y a los quinientos noventa y cinco........... morí.

SIN SABER

Estoy aquí... en la encrucijada de mi vida,
teniendo solo dos caminos para seguir,
sin saber cuál es el que me va a llevar más lejos de ti,
ese que nunca me va ha regresar al umbral de tu mirada,
al deseo profundo de tenerte entre mis brazos otra vez,
a la infinitud de tus besos dulces,
a la profundidad de tus abrazos,
a la tranquilidad de tus susurros,
cuál será el que te mate, el que me mate a mi,
el que te desaparezca de la faz de mis recuerdos,
el que me de paz,
no se cuál de los dos será,
y prefiero no saberlo,
por que así... mientras esté en este punto,
siempre estarás junto a mi...... sin que lo sepas.

LAS ABANDONADAS

Están ahí,
mirando escondidas tras un árbol,
a las parejas que se abrazan con cariño,
imaginando que son ellas,
que son felices, que son plenas, que están llenas,
cómo han derramado lágrimas, cómo han enloquecido,
se han convertido es fieras llenas de odio,
que envenenan a todos con su parlotear,
no se dan cuenta que ellas propiciaron esa soledad,
que despecharon a más de uno,
ellas que a diario visten de gala,
que siempre se peinan con una cola de caballo,
que piensan con los pies...... ya no les queda nada,
están sordas y resignadas,
duermen solo con su orgullo, les falto valor para luchar,
solo les queda seguir viviendo cada día solas,
solo les queda seguir siendo...... las abandonadas.

viernes, 1 de junio de 2007

SOLO UN SUEÑO

Han pasado pocos días pero a mí se me ha hecho una eternidad, ansío verla de nuevo para solo contemplarla, para seguir amándola.

Era un viernes tranquilo en la ciudad, mis amigos me preparaban una fiesta sorpresa para mi cumpleaños, según era sorpresa pero yo estaba enterado de todo lo que iba a pasar, uno de mis mejores amigos me organizó una reunión en un departamento de solteros que esta en Polanco, iba a haber de todo, vino, mujeres, música, amigos, enemigos con quien discutir sobre política, deportes, etc.., había que festejar en grande, claro, no se cumplen 21 dos veces en la vida.

El día anterior a ese fue un día muy complicado para mí, muchas presiones en la escuela, en el trabajo, en la casa, necesitaba divertirme y tratar de dejar las presiones a un lado, solo divertirme con mis amigos y tratar de relajarme.

Mis presiones en el trabajo eran muchas y abarcaban una gran parte de mi mente, no es fácil ser líder de una campaña de ayuda para los niños con VIH, además de ser jefe de otra campaña permanente contra la basura y además de todo esto ser el jefe de 49 holgazanes que no hacen nada ni por ellos mismos.

Finalmente llegó el viernes, un día más de hacer la misma estúpida rutina de siempre, levantarme a las 9 y tomarme un café y fumarme un cigarrillo, esperar a que se caliente un poco el agua y tomar una ducha, tratar de leer el periódico y decepcionarme de lo que pasa en esta ciudad, después elaborar mis tareas para la escuela y organizar lo que voy a hacer en el trabajo, pero lo único que iba a ser diferente ese día era esa fiesta.

Salí relativamente temprano del trabajo ya que había organizado todo lo referente a la campaña de los niños el día anterior, me dirigía al departamento de mi amigo, ya que según esto me invitó a cenar para que no me diera cuenta de la sorpresa de mi cumpleaños, llegué como a las diez al departamento y total se hizo la mentada fiesta, fueron mis amigos, algunas niñas fresas de la zona, todo fue diversión.

Como a las tres de la mañana me dijo un amigo que si lo podía llevar a su casa porque el ya no estaba en condiciones de irse solo, ya había acabado todo y no perdía nada en llevarlo, salimos del departamento y nos encontrábamos en insurgentes y dos calles después vivía, lo deje en su casa, espere a que se metiera para que me fuera tranquilo, se metió y dirigí mi curso hacia mi hogar al otro lado de la ciudad.
Manejaba mi auto hacia mi casa, pero estaba un poco cansado, en los semáforos pestañeaba y trataba de no quedarme dormido, estaba conduciendo por el periférico cuando de pronto una luz muy brillante me resplandeció por un momento, después de esto desperté, estaba en mi casa, en mi cama, con mi pijama de algodón preparado para seguir con mi rutina de todos los sábados por la mañana, me tome mi café y leí el diario, tome una ducha y me preparé para salir a comprar la despensa de la semana, comprar la comida para mi perro y visitar a mi madre, que en esos momentos estaba en la ciudad, porque desde que habita en Aguascalientes solo la veo una vez al mes.

Pasó así sábado y domingo, de esos fines de semana que no tienes nada que hacer y te la pasas echado en tu cama comiendo porquería y media que encuentras en tu alacena, ves los deportes en la televisión o te chutas una película gringa.

Era lunes, un día más en mi vacía y solitaria vida, una vida muerta gracias a la rutina. Llegué a la escuela como a las ocho de la mañana, tomé todas mis clases y estaba preparado para salir al trabajo cuando de pronto me encuentro a un viejo conocido, nos pusimos a charlar y me presentó a su amiga, cuando ella llegó me quede con la boca abierta, era una niña linda pero no era fresa, con una mirada que te hechiza como una gitana, con un cabello rojo como el fuego que empezó a arder en mi corazón desde ese día.

Ese día no pude dormir por estar pensando en que le iba a decir, se me hacia eterna la noche, las dos, las tres, y así pasaron las horas y amaneció y llegó la hora de ir a la escuela y verla, y platicar con ella, de mirarla, de tocarla.

Poco a poco se fue creando una sensibilidad que nunca antes había imaginado, que hasta el día que la conocí no había palpado, porque ella tiene algo en el interior que me ha conquistado, porque cada vez que estaba a su lado sentía un fuego helado, porque cada vez que le miraba sacudía mi corazón como si fuera un tornado.

Ella tenía una relación con mi viejo conocido, pero eso no me importó, no me importó que él era una buena persona y no merecía que yo tratara de destruir su relación, pero me valió y le dije que la amaba, que ya no podía dormir por estar pensando en ella, que era el agua que mojaba el desierto de mi corazón, que era el viento que se llevaba mis dudas de que la felicidad no existe, de que era la dueña de mi mente, de mis lágrimas, de mis sentimientos, de mis suspiros, que sin ella yo solo era como agua de mar sin sal, como flor en un iceberg, como arena sin un mar, como barco en un desierto, como lluvia sin mojar.

Su nombre....., yo creo que era flor, o tal vez violeta, o quizá un jazmín, no lo sé, lo único que se es que era hermosa como una flor, no solo como una sino como todas las del mundo.

Ella quedó tan impactada por mi confesión que se quedó sin habla, solo dijo que ella era muy poco para mí, que yo merecía a alguien que me pudiera corresponder de la misma forma. Cuando dijo eso mi corazón se quedo frío como un muerto, pero sin embargo me dejó una esperanza, una leve esperanza, de que ella me quisiera un día, de que valorara lo que yo le podía dar, de todo el cariño puro y sincero que le ofrecía. Ese día yo pensé que jamás volvería a sonreír, una vez más estaba derrotado, mi corazón estaba desconsolado por que no me permitía estar a su lado.

Pero fue una tarde de octubre, esa tarde fue cuando mis labios volvieron a despedir una sonrisa, era uno de esos días que parecía que el clima se ponía de acuerdo con mi corazón, del cielo caían mis lágrimas, el viento acarreaba mis suspiros, la oscuridad reflejaba mi mirada, pero todo esto desapareció como una estrella fugas a mitad de la noche, como una hoja que se la lleva el viento, como un viaje en el tiempo cuando ella me dijo que me amaba, que quería estar conmigo y tratar de ser feliz.

Pasaron así tres fugases semanas, las más felices y gratificantes de mi adultez, todo era perfecto, ella me amaba cada día más, en la escuela era el primer lugar de mi grupo, en el trabajo, me dieron un premio por la labor altruista que realizaba para los niños con VIH, en mi familia todo era perfecto, pero lo que más importa es que ella y yo seguíamos juntos.

Un día estábamos juntos en un parque, platicando, dándoles de comer a los pájaros cuando de pronto ella se paró y empezó a caminar y yo le hablaba y no me contestaba, y trataba de caminar tras ella pero avanzaba cada vez más rápido, el cielo se empezó a nublar, como si un huracán se acercara, yo le gritaba y corría tras ella pero no respondía, de repente todo se aclaro, el cielo se puso completamente azul, el sol se podía ver, te deslumbraba con su belleza, los pájaros cantaban, de repente un silencio total me inundo, ¿estoy muerto?¿, ¿Qué pasa?, ¿ En donde estas amor mío?, la veo, pero no esta cerca de mí, se aleja, se esconde entre las nubes del cielo, yo lloro, de repente siento un jaloneo en mi estomago, ¿qué pasa?.......

Abro los ojos y estoy tirado en una acera con un paramédico limpiándome la sangre que brotaba de mi cabeza, poniéndome un collarín, preguntándome si se como me llamo, en donde vivo, si tengo seguro, no le contestaba por que estaba pensando que esa hermosa y tierna mujer nunca existió, que su tersa piel nunca fue mía, que su mirada hechicera nunca cautivo mis ojos, que nunca me dieron un premio por una campaña, que nunca fui el primer lugar de mi clase, que mi familia seguía siendo solo un puñado de gente desconocida, pero lo más importante es que ese amor que sentía y que ella me dio no era real.

Las tres fugaces semanas llenas de amor, felicidad, dulzura, ternura, pasión, nunca fueron reales, fueron solo un sueño de un moribundo tirado en una acera.

RECUERDOS

Era un día soleado y nublado al mismo tiempo ya que ese día, el que maldigo con todas mis fuerzas por que ese día me volví a enamorar de ella.

Pero antes de esto deben saber porque escribo de esta forma tan triste y melancólica. Todo comenzó un 24 de Agosto, que año, prefiero no mencionarlo ya que ese año entre al infierno y sin haber muerto, bueno si estaba muerto ya que ella asesino mi corazón.

La conocí un par de años atrás gracias a un amigo, pero en esos momentos no pensé que ese conocido se convertiría para mi en la peor persona del mundo por habérmela presentado. Nuestra relación comenzó ese día, el que maldigo con todas mis fuerzas ya que a partir de ahí empezaron a ser otra ves los más felices y los más desdichados días de mi corta vida.

Aquello ya empezó mal, porque desde que la vi me enamore, me derretía como hielo en el desierto, el mismo desierto al que su traición me desterró poco después. Eso no fue todo ya que ella siendo una mujer dulce, tierna, amorosa no pudo soportar el deseo de la carne de otro hombre, ella además era intensa, apasionada, con un toque de locura y una chispa de alegría que me cautivo. Yo siendo un hombre romántico, un amante a la antigua, una persona tradicionalista en el sentido del amor, no puedo comprender por qué me enamore de ella, a veces pienso que me enamoré porque los polos opuestos se atraen, pero después esa atracción se convirtió en repulsión cuando me enteré de los acontecimientos.

Antes de que me enterara paso un año, ella y yo éramos cada día más felices, ella era una actriz de renombre y yo era un periodista que iba adquiriendo mayor prestigio en ese ámbito. Nos compramos un departamento en Santa Fe, un auto del año (un volvo) que era el de mis sueños.

Toda mi vida que había sido hermosura se empezó a derrumbar un 13 de febrero, de que año, no lo recuerdo o no lo quiero recordar para no lastimarme más de lo que ya estoy. Ese día llegué a mi trabajo en el club de periodistas como a las 10 de la mañana, entre a mi oficina y tomé un café mientras revisaba mi columna en el periódico, en lo que buscaba la sección deportiva veo en la de espectáculos una nota que me dejo más frío que un copo de nieve, más muerto que una hoja en pleno otoño, la nota decía: “ Actriz de renombre aparece en un video haciendo el amor con tres hombres a la vez”, ¿por qué me hacia de nuevo lo mismo, engañarme, utilizarme, pero ahora todo el mundo sabría de su engaño, ¿ por qué justamente un 13 de febrero?, mañana era el día del amor, el día en que de regalo para ella iba a romper el acuerdo prenupcial, como muestra de la confianza que tenia por todo el dizque cariño puro y sincero que me tenia.

Después de leer esto regresé a mi casa, en el camino pensaba como fue capaz de volver a traicionar mi cariño, mi amor, mi pasión incondicional que le daba, yo no le pedía nada a cambio, bueno solo le pedía una cosa, que me mirara.

Llegó como a las doce, entró a la recámara con una cara de mustia, de que ella no era capaz de matar ni a una mosca, tal vez con un poco de miedo porque estoy seguro de que ella sabía a la perfección de que yo ya había leído la nota, solo dijo:”perdóname, estaba ebria y no sabía lo que hacia, uno de los hombres con los que estuve me estaba chantajeando, quería un millón de pesos por no sacar el video en la prensa, se lo di y aun lo saco”, solo le conteste: No tienes vergüenza, como te atreves a decir eso sin ningún pudor, sin pena, lárgate y no vuelvas más a cruzarte en mi vida, soy un estúpido al que le has hecho lo mismo dos veces y aun así no aprende, lárgate con tus malditos amantes, a ver si ellos te dan todo el cariño sincero que yo te daba, ella iba rumbo a la recámara a recoger algunas cosas pero yo simplemente grite: “ Lárgate, que no entiendes, te quiero fuera de mi vida, tus perfumes con los que cubres tu hedor a engaño y tus vestidos con los que disfrazas tu cuerpo infiel te los mando mañana..... ahora simplemente lárgate”.

Se largó, ahora esos momentos de alegría y de dolor son un simple recuerdo.

LA ESPERA

Todos esperamos algo en esta vida, esperamos ser ricos, esperamos tener salud y vivir muchos años, yo solo te espero a ti.

Parado aquí en una simple y vana estación del metro, esperando contemplarte y tocarte, imaginando como sería el momento de tu llegada, tapándome los ojos y susurrándome al oído, exhalando de una forma sensual, acariciándome las mejillas.

Eran las dos de la tarde, yo parado junto a un torniquete en la parte de adentro, me sentaba y me paraba, caminaba entre la gente que se aglomeraba para esperar esa limosina naranja para trasladarse a su trabajo, a su hogar, a veces solo me quedaba parado y extendía mis brazos y me imaginaba que volaba, que tu estabas ahí conmigo, que éramos uno mismo.

La tarde con ligera pincelada se veía desde el anden de la estación, se sentía un aire frío que estremecía mis desnudos brazos, se escuchaba el rugir de los automóviles, yo, solo estaba parado bajo el reloj, viendo como pasaban los minutos, cada segundo que pasaba mi esperanza se menguaba, pero mi mente me decía: “si va a llegar, tu tranquilo, si va a llegar”.

La gente me veía y susurraba, tal vez pensaban que yo estaba esperando a alguien, pero ¿ Quién no espera algo o a alguien?, pasaban los minutos que parecían siglos, te esperaba con tantas ganas como las de un prisionero que espera la hora en la que va a salir de la cárcel, yo también era un preso, de mis ganas de tocarte, de mis ganas de tenerte, de hablarte.

Al otro lado del anden estaba una mujer parada justo abajo del reloj, tenía más tiempo esperando que yo, en un momento quise brincar al otro lado y decirle que ya no hay que esperarlos, que había que fugarnos y olvidarnos de ellos, de fundirnos en el amor y no seguir esperándolos, pero mi miedo a brincar ese profundo y negro hoyo era más grande que mi desesperación.

Ahí estas, pero por que estas hasta allá, ahora estas aquí, ahora estas allá, mi mente ya divagaba, te quería ver aquí y allá, miraba a una mujer y veía tu hermoso y terso cutis, tus ojos hechiceros, tu cabello rojo como llama de lo más profundo del infierno, como fuego helado del mundo en donde tu impuntualidad me desterró.

Era ya de noche, la luna se veía, espléndida y glamorosa en lo más alto del cielo, las estrellas me alumbraban, los búhos cantaban, cada graznido de ellos carcomía mis oídos, trataba de soñar como sería el momento de tu llegada, lo que me dirías, poniendo de pretexto que tuviste que ayudar a tu madre, aunque los dos sabíamos que ya no tenias, después me susurrarías al oído “ te amo”, esto después de que yo te reprochar tu retraso, tu me besarías y mi ser se estremecería y harías que me callara.

De pronto una voz grave y siniestra me hizo regresar a este mundo, mi mente regresó a mi cuerpo, era un policía, me decía que ya desalojara la estación, que era un vago, un estúpido que llevaba ocho horas ahí esperando, que me apurara porque el tenía esposa y un hijo y los quería llegar a ver, lo entiendo yo haría lo mismo si tuviera familia, pero yo parecía ido, viendo en la cara del policía su rostro, su voz se volvía tu voz, me decía te amo, pero en realidad me la estaba mentando, gritaba que era el último metro, que lo abordara o que me largara si no me desalojaría por la fuerza.
En ese momento entró en mi una rabia inmensa como el cielo y el mar, se mezcló que ella no llegaba y que el me gritaba, me pare y lo tome por el chaleco y le dije: “tú que esperas, vivir, ser rico, tener salud”, nunca me lo pudo contestar, el yacía muerto en ese profundo y negro hoyo llamado vías, y yo, tirado en el anden muerto en vida por esta cruel espera.

DELIRIO

Media luna transparente, casi invisible postrada en la medianidad celestial, estrellas perdidas tratan de brillar en un inmenso océano de colores grisáceos, luces transitorias que me siegan la vista mientas divago por las estrechas brechas cargadas de rocas móviles y ostentosas, también observo pájaros inmaculados, de colores hermosos, con su plumaje inédito que te sosiega y se postra como luz en el dintel de mi puerta, hay a lo lejos monstruos con la piel insolada y la cara marcada por cicatrices de luchas e injurias hechas por ellos mismos a los animales casi divinos.

Entre más me adentro al misterio intocable de la taciturna madrugada, me pregunto que será de ti caminando por esta u otras brechas estrechas, tú, angelical petirrojo, de ostentoso plumaje y magnifico cantar, por favor no caigas en el engaño disfrazado de verdad, no te corrompas, ángel bello, que tu hermosura no termine ardiendo en el umbral infernal, póstrate como luz de vida en el dintel de mi puerta, te pido, rompe el silencio de mis congeladas noches plutónicas con el sollozo de tu hablar, inunda cual río desbordado mi alma con tu bondad, cuéntame como va bajando el sol, mientras tanto pensaré en que guapa estas y que suerte tengo, pero me ilusiono en vano ya que no te quedaras, te marcharas con el y yo con ella, tratando de jugar a ser felices por no poder aguantar los sueños, vamos a convertirnos en dos extraños que se van sin más, como dos extraños más que van quedándose detrás en las brechas estrechas.

Anhelado latido de mi corazón, no te entrecortes más por un ave hermosa que nunca se postrara en el dintel de nuestra rechinante puerta, ya siempre me perseguirán esos monstruos infernales hasta que me convierta en uno de ellos, en donde la traición es el lema de batalla y el engaño el fin...... Lo toleraré, lo juro, aunque en mis ojos haya un mar de lágrimas saladas como el arena del mar, aprenderé a renacer como el ave fénix, aunque las sombras del dolor asedien mi oscura habitación,....... pensaré que estas en el cielo cual potente rayo de luna que disipa sombras maléficas, pensaré también que cuando llueva tu amor se convertirá en gotas para empaparme, que eres el sol del amanecer que me brinda una nueva oportunidad de llegar hasta donde tu estas,....... pero mientras tanto he llegado al final de esta brecha estrecha, ahora me refugiaré en la tranquilidad de mis aposentos , en donde a muy mi pesar se escurre por los resquicios la soledad hedonista, que me invade, que me cansa y que me duerme, pero no dejando de pensar en que mañana caminaré una nueva brecha estrecha para tratar de llegar a ti.